Con esa frase tan contundente más propia del eslogan de una campaña publicitaria de una firma deportiva hizo referencia el presidente azulgrana Joan Laporta al resultado final de la trepidante seminifinal de la Champions League que enfrentó en el feudo del Chelsea, Stamford Bridge, al club británico contra el Barça, con el consabido resultado de 1-1 que dio por certificado el pase para los de Guardiola a la próxima final de Roma que se celebrará el día 20 de mayo. El planteamiento rácano e insulso del fútbol del conjunto de Guus Hiddink finalmente fue derrotado por la propuesta elegante y preciosista del Barça. Todo un alegato a lo que debe de ser en realidad el fútbol, y que ya dio visos de ello la pasada Eurocopa conquistada por España.
Una eliminatoria trepidante que dio cita a dos de los mejores equipos del planeta fútbol, en 180 minutos no exentos de polémica pero que han finalmente decantado la balanza en favor del club español, futuro representante de La Liga en la lucha final por el máximo cetro continental.
Las reacciones al partido de ayer no se han hecho esperar, y tanto la prensa como los tabloides sensacionalistas reparten elogios a unos a la par que críticas a otros. El factor suerte ha resultado determinante en el duro enfrentamiento de ayer, y éste recayó después de mucho tiempo en el Barça tras un duro sufrimiento.
En la ciudad eterna esperará el otro equipo que tiene conquistado mi corazón futbolero: el Manchester United. Una final por todo lo alto que enfrentará a dos equipos ofensivos y con una calidad fuera de lo común. Trepidante.
Una eliminatoria trepidante que dio cita a dos de los mejores equipos del planeta fútbol, en 180 minutos no exentos de polémica pero que han finalmente decantado la balanza en favor del club español, futuro representante de La Liga en la lucha final por el máximo cetro continental.
Las reacciones al partido de ayer no se han hecho esperar, y tanto la prensa como los tabloides sensacionalistas reparten elogios a unos a la par que críticas a otros. El factor suerte ha resultado determinante en el duro enfrentamiento de ayer, y éste recayó después de mucho tiempo en el Barça tras un duro sufrimiento.
En la ciudad eterna esperará el otro equipo que tiene conquistado mi corazón futbolero: el Manchester United. Una final por todo lo alto que enfrentará a dos equipos ofensivos y con una calidad fuera de lo común. Trepidante.
¡Nos vamos a Roma!.
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