
Eternas conversaciones a medianoche que nos acercan más a la gente que a cualquier hora del día. Noches en vela leyendo obras que nos han enganchado. Programas de radio que nos detienen en el tiempo. Eternas sesiones de teletienda en la televisión...
Quizá nos levantemos cansados, pero realmente vale la pena si es para dedicarse una parcela a uno mismo.
Y es que como diría Milton..., ¿qué tiene que ver la noche con dormir?.
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