Todo el mundo tiene un sueño, y el suyo era ser futbolista. Dedicó y sacrificó su vida plenamente a alcanzar esa meta, ansiada por muchos pero alcanzada por muy pocos. Todo un ejemplo de lucha y profesionalidad.
Su sueño se hizo realidad a la temprana edad de 20 años, al debutar en la primera división española con su Sevilla. Y el apogeo lo obtuvo con su estreno con la selección española 2 años después.
No era una estrella ni ansiaba serlo, pero despertó los deseos de los equipos más grandes que seguían su estela. Sin embargo siempre fue fiel a sus colores.
Su nombre era Antonio, Puerta para el mundo futbolístico, y hoy le decimos adiós.
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