El vuelo, en un Boeing 737-800, fue correcto y sin lujos. La época en la que las consumiciones iban incluidas en este tipo de vuelos a pasado a la historia. Nuestro enviado optó por un Red Bull ya que creyó en la publicidad de “Red Bull te da alas” como alternativa a los inexistentes paracaídas.
Dos horas de vuelo, amenizadas con la constante llorera de una niña, y aterrizamos a las once de la noche en Stansted, antigua base militar durante la Segunda Guerra Mundial a unos 80 kilómetros de Londres, nuestro destino final. Tras casi el equivalente a la duración del vuelo en la zona de recogida de equipaje viajamos en coche a la capital, atravesando por carreteras la campiña inglesa y múltiples pequeños pueblos. Os hacemos partícipes de la experiencia gracias a este video, con unos acordes musicales provinentes de la emisora Radio One e imágenes al más puro estilo Guy Ritchie, cortesía de Nikon.
STANSTED-LONDON
2o día:
BREAKFAST Y STAMFORD BRIDGE
Tras un reparador sueño nos esperaba a primera hora de la mañana un sólido english breakfast, con tostadas, zumo de naranja, chocolate, y por supuesto... té. El té para los ingleses es como el agua para los españoles. Para ellos un día sin té es como una película en Antena 3 sin anuncios; algo impensable.
Nuestro tour comienza en la estación de metro de Stamford Brook con destino a la de Fulham Broadway. Los londinenses se refieren a su metro como underground o cariñosamente como The tube, una forma gráfica de definir al transporte metropolitano debido al carácter cilíndrico del mismo. El sistema de metro está bastante bien coordinado aunque habréis notado si lo conocéis que se echan de menos un mayor número de estaciones que interconecten varias líneas. Pero no se puede pedir todo en una ciudad donde hasta el metro cuadrado subterráneo vale su peso en oro. ¿Y qué sería una visita a Londres sin una visita futbolística?. Fulham Broadway es la estación que se encuentra a escasos 500 metros de Stamford Bridge, el estadio del Chelsea F.C..
NOTHING HILL
Volvemos a la estación de underground de Fulham Broadway con destino a la de Nothing Hill Gate, desde la que disfrutamos de un agradable paseo por Portobello Road, pleno corazón del West London. El barrio de Nothing Hill es una completa abstracción de lo que es Londres a pesar de encontrarse no muy lejos del centro neurálgico. Es un pequeño pueblo dentro de una gran ciudad. Muchos de sus habitantes se dejan notar por sus excentricidades, pero eso forma parte del encanto del lugar. El sábado es día de mercado, y puestos y puestos de venta de artículos de segunda mano se distribuyen a lo ancho de una estrecha calle, en la que uno no tiene más que dejarse llevar por los olores y colores que impregnan el ambiente. Múltiples variedades de fruta, olor a vino y a tabaco..., edificios decadentes que vivieron un pasado mejor, fachadas pintadas de colores chillones...
Nuestro becario cayó en la tentación de hacer una pequeña apuesta en una oficina de la archifamosa William Hill, apuesta a favor de la victoria del Liverpool frente al Derby County en partido de este pasado sábado. Ganó...
El lunch-time llegó algo tardío para las costumbres británicas, sobre las 4 de la tarde. Una agradable terraza de un concurrido Café fue el lugar escogido para compartir unos sándwiches.
Cómo no, hubo un pequeño homenaje cinematográfico al film Nothing Hill interpretado por Hugh Grant y Julia Roberts con una pequeña visita a The Travel Bookstore, propiedad de Grant en la película. La tienda, aunque pequeña en dimensiones posee un impresionante fondo de libros de viajes a la venta. A modo de ejemplo: tan sólo de la ciudad de Barcelona observamos hasta ocho guías distintas.
THE CITY
Con el estómago saciado y las pilas totalmente recargadas nos encontramos con fuerzas suficientes para afrontar el reto de recorrer la City londinense en pleno sábado por la tarde. Nos conduce hacia ella de nuevo The tube, desde Nothing Hill Gate hasta la estación de Oxford Circus.
Del relax de Nothing Hill al tumulto insaciable de la City. Londres es bullicio en su centro neurálgico. Una auténtica olla a presión que sin embargo vale la pena visitar sin lugar a dudas.
Vivid con nosotros la experiencia de viajar en The tube con este video.
Nada más salir de la estación de Oxford Circus uno tiene la sensación inmediata de estar en medio de una gran urbe, una auténtica metrópolis. Regent Street es el brazo que une Oxford Circus con la mítica Piccadilly Circus. Tiendas y más tiendas de infinidad de marcas con los últimos modelos. Hombres de negocios venidos a menos se mezclan con yuppies a la última; turistas de fin de semana con londinenses de toda la vida. El español, el alemán o el francés se oía en cada esquina. Totalmente cosmopolita.
Y tras caminar durante 10 minutos... Piccadilly Circus!. Situada en el oeste de Londres y en el barrio de Westminster es la intersección de siete calles, decorada con una pequeña plaza con una fuente coronada con una estatua de Eros, el dios griego del amor. Y en una de las esquinas su santo y seña mundial, los anuncios de neón. Uno tiene realmente la sensación de abstraerse hasta la neoyorquina Times Square, pero con un toque victoriano. No muy lejos de ahí, otro lugar de encuentro conocido de la capital, Trafalgar Square comandada por el monumento a Nelson.
Un pequeño paseo de escasos 10 minutos nos aleja del bullicio y sirve para sentirnos inmersos en otro mundo cuando llegamos a Saint James´s Park, lo más similar al Edén en la zona metropolitana. Este parque es el más antiguo de los que componen la categoría de Parques Reales de Londres y es una experiencia que se merece disfrutar. Niños jugando con cometas, parejas de enamorados recostados en la verde hierba..., son estampas de un parque sinónimo de remanso de paz. El compartir un refresco bajo un árbol se convirtió en una experiencia inolvidable.
WESTMINSTER
De nuevo volvemos al bullicio, y de qué manera, cuando dejamos Saint James´s Park para dirigirnos a The London Eye, con tres paradas a pie. Del agradable piar de los pájaros a la estridencia de los cláxones.
La primera fue el colosal Big Ben. Este es el nombre por el que se conoce a la Torre del Reloj del Palacio de Westminster, que a su vez alberga las dos cámaras del Parlamento británico. Técnicamente el nombre de Big Ben se refiere a la campana interior de la torre encargada de marcar las horas aunque los rumores se refieren a que podría referir su nombre a Benjamín Hall, primer encargado de la obra de la torre. Quizás es con toda probabilidad el santo y seña de Londres.
La segunda parada, la Abadía de Westminster. De estilo gótico es un lugar clásico en la historia para la coronación y entierro de monarcas ingleses. Una inmensa abadía que ocupa miles de metros cuadrados y que linda con el parlamento británico.
La tercera y última parada fue la estación ferroviaria de Waterloo, la principal de Londres y que es sede entre otras líneas de ferrocarril de la famosa Eurostar, que une la capital londinense con París y Bruselas. Tras su última remodelación que ha supuesto un auténtico traslado a la modernidad del edificio, es el contraste radical a la austeridad de las dos construcciones anteriormente mencionadas.
THE LONDON EYE
Tras las tres pequeñas paradas y bordeando el County Hall llegamos a la infraestructura conocida como The London Eye; o lo que es lo mismo, una gigantesca noria que completa el skyline de Londres desde su construcción en 1999. Patrocinada por la compañía British Airways es una espectacular forma de poner fin a un tour por la ciudad, observando desde una vista panorámica toda la capital del otrora Imperio Británico. El recorrido dura una media hora y en cada una de las inmensas cabinas pueden haber un máximo de doce personas. No apto para los que sufran de vértigo.
LONDON NIGHT
El barrio de Hammersmith y Fulham fue el escenario de nuestra última noche en Londres. Tras nuestro último viaje en underground, de las estaciones de Embankment a Goldhawk Road, una cena asiática nos esperaba en el restaurante nepalés Katmandu Inn Tandoori. Nuestro becario jamás había probado la comida nepalesa y al cierre de esta edición sabemos que disfrutó de ella, aunque no se ha explayado mucho. Unas copas en el Seven Stars, un Dining Bar & Dancing Club fueron el colofón de un día que pasará a la posteridad. Una selección de música exquisita y un local que por suerte no ha sido aun descubierto por muchos turistas suponen un territorio virgen para quien quiera verse inmerso en lo que es la noche de Londres tal y como la viven los londinenses.
3er día:
LONDRES-STANSTED-GIRONAPocas cosas podemos decir de este último día en Londres ya que nuestro becario amaneció tarde y enlazó directamente con la hora de la comida, eso sí, en un local tipicamente inglés, el pub The Eagle, donde unas gambas servidas en una pinta de cerveza y unas patatas fritas, por un precio más que razonable, fueron el cierre gastronómico del viaje.
Y de ahí tras un viaje en carretera hasta el aeropuerto de Stansted, desde donde partía el vuelo de vuelta a tierras catalanas. El avión prácticamente vacío, de nuevo un Boeing idéntico al de la ida, aterrizó en Girona a primera hora de la noche.
London, I´ll be back!.
4 comentarios:
Londres es una gran ciudad. Tiene tantas cosas que hasta se podría ir cada año o dos años y seguir viendo cosas nuevas. Londres, Paris y Roma son, en mi opinión, las tres capitales de referencia de Europa y las que más interes tienen.
El becario de Manu's Site se lo habrá pasado en grande, visto el recorrido tan completo que realizó a lo largo del fin de semana. Está claro que exprimió al máximo el viaje.
Pero vamos a ver Manu, no te habias ido a trabajar a las Islas Scheichelles?, ¿qué haces en Londres?
Veo pinceladas de romanticismo en este encuentro con la ciudad del eclecticismo. Tendrás que volver a saborerar en otra ocasión más Londres i más de eso que has dejado por ahí...
Si está en LONDRES o en las SEICHELLES es lo de MENOS. Lo Importante es que DISRFRUTE de la VIDA, cosa que el DELEGADO DE ASUBANSC BARCELONA JAMÁS tendrá....
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